miércoles, 9 de octubre de 2013

Truco o trato.


Queda apenas un mes para que lleguemos a esa fiesta tan anglosajona y cada vez más universal que llaman “jalogüin” y que en los países latinos hacemos nuestra con la frase de “truco o trato”. Queda menos de un mes pero parece que los políticos que gobiernan España se empeñan en que la celebremos todos y cada uno de los meses del año con la llegada de los datos del paro y con alguna que otra perla por ahí perdida.


Empecemos con el TRUCO: En estos últimos días hemos escuchado las más variopintas interpretaciones de los datos de desempleo que nos trajo septiembre. La más alucinante es la de aquellos que se empeñan en decir que tras seis meses de bajadas continuadas en las cifras, una subida de las mismas no hace que la tendencia varíe. Es increíble, es como decir que después de que nos comamos varios platos de lentejas, el puchero sigue lleno. Pero éste no es el único de los trucos que se hacen con los datos de empleo. En el otro bando no son capaces de reconocer nunca y en ningún caso que los datos que se ofrecen puedan ser positivos y eso tampoco es posible “ad aeternum”. 


La estadística es lo que tiene, hay que ser muy riguroso para que  las conclusiones que a la vista de los datos se den sean rigurosas y no se contaminen con los intereses de unos y otros. Hay cientos de trucos para convencernos de que si yo me como un pollo, entre los dos nos hemos comido medio cada uno y el mayor de los problemas es que tanto PP, PSOE como IU, y no digamos ya los nacionalistas, no tienen en menor escrúpulo para usar esos trucos a discreción y de ese modo ocultar la realidad a los ciudadanos.


Sigamos por el TRATO: Supongo que si un extranjero lee los párrafos anteriores a buen seguro pensará que en España los partidos políticos nunca se ponen de acuerdo y siempre andan a la gresca pero nada más lejos de la realidad, entre ellos existe un pacto que no está escrito pero que siguen a rajatabla. El ruido que se empeñan en escenificar apaga los susurros con los que acuerdan que no se han de eliminar privilegios a los diputados o eliminar aquellas instituciones que están duplicadas, los gritos de las tribunas escenifican unas desavenencias que no lo son en absoluto cuando se trata de ponerse de acuerdo a la hora de pactar con los nacionalistas o acordar la no ilegalización de los testaferros de ETA. Hay tratos y muchos, y el más sangrante es ese que parece haber y que consigue que la fiscalía general del estado actúe como abogada defensora de los políticos como ha ocurrido últimamente con Chaves y Griñán en el caso de los ERE´s.


Así pues, la política española se convierte en una mascarada, en una sucesión de trucos y tratos en el que unos muertos vivientes, muertos porque están completamente alejados de la realidad de sus conciudadanos, disfrutan de una fiesta en la que sólo ellos participan. Y esto no puede seguir así.


4 comentarios:

Marcos Callau dijo...

No, no puede seguir así pero me temo que nos espera un jalogüin de miedo, un año más. Muy buen artículo. Saludos.

Désirée dijo...

Trato...qué quieres?

J. F. Sigüenza García dijo...

Marcos, mucho me temo que tus predicciones van a ser ciertas, el terror está ahí fuera... un abrazo.

Désirée, a ti :)

Désirée dijo...

Deal, dear!
;D