jueves, 18 de julio de 2013

Primarias y primarias.


Esto de ser de UPyD es, en muchas ocasiones, ser un poco de todos los partidos y compatir las miserias que ellos generan. Me refiero a que el hecho de participar de un modo más activo en política hace que a uno se le identifique con los modos y haceres de esos otros que deciden realizar su acción desde los partidos tradicionales ya sean PP, PSOE o IU.

Es habitual que a uno se le supongan los vícios de quienes, sin compartir nuestras ideas ni los usos que en UPyD tenemos, llevan años formando parte de una maquinaria que se está demostrando vieja, obsoleta y lo que es peor, que está podrida por dentro. No es raro, como digo, que se nos presuponga que seremos unos ladrones el día que, estén seguros de ello, lleguemos a las instituciones extremeñas o que se espere que no cumplamos el programa electoral como han hecho casi todos los que han pasado por las instituciones en los últimos años.

Es cierto que esto que cuento se intercala, pues seria injusto negarlo, con llamadas y correos de muchos otros que consideran a UPyD como el único partido capaz de sacar de esta situación agónica a la democracia española, pero no deja de ser una realidad que una de las cosas contra la que más fuerte hemos de luchar es la de esa idea de que "todos somos iguales".

Esta mañana de camino al trabajo me sorprendía la noticia de que el PSOE de Andalucía no iba a celebrar primarias pues dos de los tres que se postulaban como candidatos a suceder a Griñán, no habían obtenido los avales suficientes. Está bastante claro que en éste, como en otros muchos casos, los diferentes partidos tenemos ideas antagónicas de según que conceptos, la democracia interna y la transparencia, la participación del afiliado y esas cosas que tanto se llevan ahora (desde que irrumpió UPyD en la escena política) son un claro ejemplo de lo que digo.

Es cierto que los modos del PSOE quedan bastante lejos de la sucesión de "cuaderno azul de Aznar" que dejó a Rajoy como heredero, o de los del ex-alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, que nos impuso a su delfín, Fragoso, por el método del dedazo. Es cierto, repito, que son un poco más democráticos pero quedan a años luz de la manera en la que en UPyD se hacen las cosas.

Las primarias en UPyD son procesos en los que participan TODOS los afiliados, tanto a la hora de elegir a los candidatos como a la hora de postularse como uno de ellos. No hay necesidad de avales, no hay miedo a represalias, hay plazos marcados en unos estatutos accesibles para todos y hay una comisión de garantías que vela por que las cosas transcurran según las reglas del juego. Si el PSOE andaluz hubiera hecho unas primarias al estilo "magenta" ahora habría tres candidatos, habría debate y los casi 8000 avales que refrendaban a esos otros dos eliminados del proceso, no se habrían quedado sin voz.

No somos iguales a los demás, por supuesto que no. Y lo demostramos con el ejemplo, así, el próximo noviembre, tendremos el II Congreso Nacional de UPyD, participarán delegados de cada provincia española y habrá elecciones para decidir quiénes representarán a los afiliados. Nada de avales ni listas cerradas, el debate está servido pues nosotros somos así y no como quieren los demás que seamos. Pueden usar los mismos términos y decir que ellos hacen también primarias, pero ya se sabe que una cosa es predicar y la otra repartir trigo.


viernes, 5 de julio de 2013

D.


Delicioso.
 
Dinámico.

Diferente.

Decidido.

Disfrutable.

Demoledor.

Denso.

Difícil.

Dúctil.

Desesperante.

Don.

Divino.

Demoníaco.

Dalí y punto....


Hasta el 2 de septiembre en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid.

martes, 2 de julio de 2013

Newton.

A mí, a pesar de ser físico, el Newton que más me gusta es éste ;) 


Newton tenía una mirada muy específica: grandes curvas, grandes pechos, pelo grande, todo grande. Le gustaban los labios rojos, los tacones altos y los ojos pintados. “Las mujeres encogidas, moradas… me dan miedo”, aseguraba.

lunes, 1 de julio de 2013

EDHEA II


Ya lejos del mundanal ruido de la capital de España e inmerso en la trinchera administrativa que me esperaba triste y azul como el gato de la canción, recuerdo y les cuento a mis compañeros, los días pasados en lo que otrora fuese mi quehacer diario: Lo de la marcha con el bucle, lo de los píxeles en el traje, la barbacoa y el sentirse un poco como si volviese uno siete años atrás.

Así pues no me queda otra que, después de lo vivido, mentar al General MacArthur y decir aquello de "volveré" si se me llama y si los malditos recortes no lo impiden.

¡Gracias a todos de nuevo!