Del dicho al hecho de la transparencia.

La transparencia es una de esas palabras que acompañan a casi todos los políticos, es como el consenso o el diálogo, manoseados conjuntos de caracteres que a fuerza de ser usados están dejando de tener sentido alguno.

Nunca ha sido sencillo ser consecuente, como dice el título de esta entrada, del dicho al hecho hay un gran trecho y como dicen por aquí, una cosa es predicar y otra repartir trigo.

Una de las características que poseen los llamados partidos nacionales, a saber, PP Y PSOE, es que no lo son en absoluto. Poseen distintos discursos dependiendo de la zona geográfica en que se encuentre el portavoz o el representante de turno y de este modo se puede decir aquí lo uno y allí lo contrario sin caer el la incoherencia pues son partidos nacionales y la coherencia se les supone. Así ha ocurrido con la transparencia. Se habilitó una página web en la que se recogieron las opiniones y propuestas de los ciudadanos con el espíritu de que la luz y los taquígrafos inundasen el panorama político español y apenas unas semanas después nos desayunamos lo siguiente:

Dicen por ahí que la mejor manera de educar es predicando con el ejemplo, pues bien, parece que algunos no desean que las cosas cambien en absoluto y es que, y siguiendo con el refranero, aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

En las últimas elecciones generales de 2011, hubo un cambio sustancial, la cuarta fuerza más votada de este país fue UPyD, un partido que sí que es nacional y que lleva en todos sus programas electorales, como uno de sus pilares fundamentales el que la administración pública tenga al alcance del ciudadano todos los datos de su gestión, inversiones, licitaciones, sueldos y demás, transparencia al fin y al cabo.

Las noticias que enlazo no son más que el reflejo de una casta política que no quiere cambiar a pesar de que digan lo contrario, unos servidores públicos que hacen piña para tapar sus vergüenzas pero que son incapaces de pactar entre ellos para ayudar al ciudadano.