miércoles, 9 de mayo de 2012

Cruce de correspondencia.

Hace unos días Álvaro de Marichalar, osó sugerirle a cierto Conseller que podría ser mejor para los intereses catalanes que incluyeran el pabellón catalán dentro del español, que ahorrarían dinero y sería más eficaz a sus propósitos. En mala hora. Al cabo de un rato tenía esta carta esperándole en La Vanguardia la autora, Pilar Rahola.

El adosado intelectual

Dice don Álvaro que los catalanes estamos arruinando España con las tonterías de la identidad

Como la monarquía no tiene problemas, ahora le crecen los adosados, léase esa plaga bíblica que son los parientes de los parientes.

Peñafiel explica que don Juan de Borbón prefería bodas reales con extranjeras a con españolas porque así se libraban de los parientes. Y vistos algunos parientes sabía de qué hablaba. Sea como sea, y después del mareo cósmico del caso Urdangarin, ahora le da por subir a la parra a un tal Álvaro de Marichalar, de parentesco hermano del ex de una infanta, y de profesión sus números acuáticos. De momento este buen hombre no da disgustos judiciales, pero parece que goza de un cerebro privilegiado y de una no menos privilegiada lengua. Y así ha sido como este notable intelectual ha decidido usar ambas maravillas para poner en evidencia al conseller Mena, que andaba por las Rusias vendiendo la bondad catalana. Dice don Álvaro que los catalanes estamos arruinando España con las tonterías de la identidad, que él quiere mucho a Catalunya y bla, bla, bla -en la línea de los antisemitas, que siempre tienen un amigo judío-, y que se irrita con el malgasto del dinero público. Vaya, que nos ha salido un moralista. Lo cual va en consonancia con su estilo de vida, porque es conocido que Álvaro de Marichalar nunca se ha aprovechado de ser el pariente adosado, y que todo el mundo lo conoce por lo mucho que trabaja y por los méritos profesionales acumulados. Véase las empresas que ha creado, las carreras universitarias que acumula, los trabajos que se ha currado. ¿Cómo? ¿Que vive a cuerpo de rey, o sea de ser pariente del pariente del rey, que es de profesión sus aventuras, que va por la vida de adolescente permanente con aires de descubrir América, pero en versión lujo?

Pues mira que resulta extraño, porque viendo como riñe a los catalanes por nuestro ingente y perverso despilfarro, una pensaría que estamos ante un monje franciscano. Dicen en casa aquello de que siempre te ensucia una sartén sucia. Y en esas estamos, con un país que intenta ajustar su cinturón hasta el ahogo, sufriendo un déficit fiscal letal, y va este Lawrence de Arabia en versión pija y nos lee la cartilla. Sin duda él mismo es un modelo paradigmático de lo que significa ser austero... En fin. Como servidora venera la inteligencia y es evidente que don Álvaro de Marichalar suda inteligencia por los sobacos, solo me queda postrarme ante su lucidez y exclamar, cual súbdita afligida, que lamento mucho ser ciudadana de un país tan derrochador. Un país que lucha por vender sus productos allende los mares, y encima con la tamaña osadía de hacerlo con identidad propia. ¡Cómo se nos ocurre tener mil años de historia propia y querer mantenerla! Suerte que de vez en cuando nos encontramos con estas mentes lúcidas que nos avisan del error. Nada, lo dijo Goethe y es palabra santa: "Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano".


Don Álvaro contestó de este modo:

Mira't a tu i no diràs mal de ningú

Querida doña Pilar.

Con lo simpática que estuvo usted conmigo el día que la conocí, buena mujer... Qué feo lo que ha escrito usted sobre mí en La Vanguardia, qué feo. Pero bueno, vamos a ver si lo arreglamos un poco.
Ya supongo que estar a su nivel intelectual es tarea casi imposible, pero déjenos pensar un poco a los que no pensamos como usted, por favor. No intente anularnos de entrada. Encerrarnos en un sector. Darnos sentencia. Todo eso está hecho fatal. Y tampoco se sulfure tanto; ni se equivoque tanto; ni insulte tanto.

Ay Pilar, Pilar... Qué nombre más bonito, por cierto. Supongo que sabe lo que decimos en Catalunya, mira't a tu i no diràs mal de ningú! Resulta evidente que quien insulta anda mal de argumentos. Y la verdad es que en su brillante artículo hay de todo, menos argumentos. Pero yo voy a darle alguno ahora. Y además, con todo cariño, respeto, tranquilidad y consideración. 

Mire usted, trabajo muy duro desde los 20 años. Estudié administración de empresas en EE.UU., tras hacer el servicio militar como voluntario en el Ejército del Aire (aunque podría haberme librado al ser huérfano de artillero). En la universidad americana, trabajaba en la cafetería varias horas al día para ayudarme a pagar los estudios. Al regresar a España, monté la empresa TeleSat, pionera en la venta e instalación de antenas parabólicas. Me fue muy bien, aunque fueron años de trabajo intenso donde por las mañanas vendía antenas encorbatado y, por las tardes, las instalaba con mis empleados subidos por los tejados de Barcelona o Bilbao. Seis años más tarde monté otra empresa, esta vez de telefonía móvil (también pionera en España). Paralelamente, comencé a hacer negocios inmobiliarios (llevo 25 años en esta actividad) especializándome en atraer inversores europeos a comprar propiedades en España.

Hace tres años fundé otra compañía, ésta dedicada a la compra de teléfonos móviles usados que luego arreglamos y revendemos en países emergentes. Conozco lo que significa vivir en la oficina. Literalmente, dormir en la oficina (en el suelo) durante meses con jornadas de 20 horas. Sé qué es arriesgarlo todo; la frustración del fracaso empresarial y también la alegría del éxito soñado, buscado, luchado, merecido y logrado. Asumo riesgos desde siempre. En todo. Mis expediciones son mi recreo y premio, pero como es lo único que trasciende a quien no quiere molestarse en informarse bien, pues efectivamente nos encontramos con sus vacuos, simplones y estériles comentarios.

Sobre lo que afirma que "me aprovecho", estamos en las mismas. Es sencillísimo soltarlo sabiendo que no voy a poder defenderme. Pero fíjese, desde 1982 que empecé a navegar he realizado 38 travesías consiguiendo 11 récords del mundo. Las hago por pasión, afición y amor al deporte y la expedición. Siempre supeditando el apoyo de los patrocinadores al éxito de mis desafíos, asumiendo yo personalmente el 100% del riesgo financiero (además del de la propia vida), siendo el único expedicionario o deportista que conozco que actúa así. Ya me dirá usted a mi dónde me aprovecho yo y en qué. 

Quizá le parezca que a nivel social el matrimonio de mi hermano menor me ha podido beneficiar. Pues mire usted, no sólo no me ha beneficiado en absolutamente nada, sino que ha supuesto una verdadera losa en mi vida. Una auténtica desgracia para mí, ya que me supuso pasar a ser "conocido" para el gran público, algo que representa un calvario para quien nada tiene que ganar en ése ámbito como es mi caso: no soy cantante o actor, ni me dedico a una profesión que necesite de la fama para triunfar. Ya me dirá para qué me sirve a mí la fama cuando intento convencer a un ruso para que compre un apartamento en Salou... Y en mi vida deportiva, sólo me sirve la fama conseguida por mí mismo en ese ámbito. Es lo único positivo para mi autoestima y para mis patrocinadores (que en todo caso apuestan a caballo ganador, con lo que no les afecta). 

A nivel de mi ámbito social o empresarial, ya era conocido (en el pequeño y limitado entorno interesante para mí) antes de ese matrimonio. Algunas veces, en los 80, la prensa económica me trataba como “joven empresario” cuando monté TeleSat u otras empresas. Jamás fui el hermano de nadie. Y en el ámbito deportivo, lo mismo. Si mira en las hemerotecas comprobará que la prensa deportiva me llamaba en 1992 "El Induráin del mar" o "El otro Induráin" por mis travesías, que inicié 14 años antes de ese matrimonio...

Socialmente y moralmente estaba en el mismo lugar donde estoy hoy. Seguro que influye la enorme suerte de haber tenido los padres que tengo y también los abuelos. El materno fue un magnífico y ejemplar Magistrado del Tribunal Supremo y el paterno, ministro de Fomento, de Guerra, Alcalde de Madrid, Académico y Diputado en tiempos de Alfonso XIII. Tengo el mismo tipo de amistades y quiero a la misma gente. También conduzco el mismo coche desde hace 25 años. Insisto, ya me dirá usted de qué me aprovecho, cuándo, cómo y de qué manera... Porque usted lo suelta y ahí queda. Fuerte desgracia...

Ahora vivo con mi mujer en Rusia porque ella no aguanta de los españoles demasiadas actitudes, insultos, envidias y mala energía como la que destila a borbotones su artículo contra mí. Algo con lo que también ha conseguido hacerle daño a ella. Yo ya estoy vacunado, llevo aguantando desde el 95. Pero ella no. Aquí sí le voy a exigir una reparación.

Vayamos al motivo de sus nervios. Ustedes, los de la casta, no están acostumbrados a que nadie se ponga en pie. Han logrado crear un pensamiento único y que nadie les tosa. Reescriben la historia y lo mismo hablan de 1.000 años de "historia propia" como esconden lo que ocurrió en la Puerta del Sol el 12 de Abril del 31 (no el 14, sino el 12). Amedrantan a quien se sale de sus líneas; su artículo hoy es viva muestra. Pero todavía hay personas dispuestas a vivir en libertad. Gracias a Dios.

Por eso, el pasado miércoles en Moscú le dije al conseller algo tan sencillo como que en mi opinión sería más bonito, justo, lógico, inteligente y rentable, promocionar Catalunya en Rusia dentro del pabellón de España. Y esto les está sacando a ustedes de quicio. ¡Pero es algo muy fácil de entender y de puro de sentido común! Por muchas razones. Entre otras, para ahorrar costes (empleados, viajes, dietas, alquileres, etc.). Ya sabe que estamos en quiebra y lo que pasa en los hospitales. Para aprovechar la "marca España" (conocida por todos los rusos).

Y como me decía un turoperador de Moscú que venía conmigo, mandar un mensaje al turista ruso de que en España está Barcelona (por ejemplo). Porque tiene que entender usted (le guste o no le guste) que al turista ruso lo que le hace ilusión es ir a España. Es lo que le apetece. La idea de viajar a España es un sueño para muchos rusos. Vivo aquí y lo sé. Es así de simple. Es lo que me comentaba, frustrado e incrédulo, el turoperador ruso. ¡Por qué renunciar a ésa realidad! 

Y por supuesto que al ruso también le hace toda la ilusión ir a Barcelona. Y a Sevilla. Y a Palma o Madrid. Y no pasa nada, porque España es de Catalunya y de los catalanes. España es propiedad de las personas que viven en Barcelona o Cadaqués. Igual que España es al mismo tiempo la propiedad de las personas que viven en La Palma, Santurce, Vigo, Granada o Formentera.

Le invitaría a que reflexione y corrija su error de hoy. Será más libre y feliz. También mejor persona. Y si además, quiere disculparse, eso la honrará. En todo caso, yo de antemano la perdono de corazón.

Se me olvidaba agradecerle el piropo de "adolescente permanente", lo único que he de puntualizar es que “no voy” de adolescente permanente como usted dice; soy un adolescente permanente. Y lo logro manteniéndome joven y con ilusión. Estoy encantado porque con 50 me echan 35. Las claves son dos y se las voy a decir: 1. No hacer nunca daño a nadie e intentar ayudar al débil siempre. 2. Estar enamorado de una persona de alma buena, inteligencia clara y mirada limpia, mi mujer Ekaterina. Y de paso, no fumar, no beber, hacer deporte, comer sano, beber mucha agua, no tomar nunca en serio a quien insulta, etc.  

Un abrazo.


Yo no sé si es verdad lo que afirma de sí mismo Álvaro de Marichalar, pero estoy completamente de acuerdo en que parte de la ruina y de las penurias que están pasando los catalanes es en buena parte por culpa de su enloquecida política identitaria.

1 comentario:

Sombragris dijo...

Bueno...José...me dejas de piedra...es verdad que siempre he creído que Alvaro de MArichalar era un vividor (tendré que investigar todo lo que dice)...lo que si es verdad es que lo dice con estilo y clase...algo que le falta a la Rahola y otros politiquillos...un abrazo