Días de pesca.

Días de Pesca es el título de la película que pusieron ayer en el COC.

Diremos que sale un señor muy gordo que se parece a Maradona pero que entrena boxeo y al que le viene pequeño su chandal de la selección Argentina. Estoy seguro de que no es casual, apostaría que es un guiño al 10 eterno.

Imposible obviar a la Patagonia que es donde se desarrolla la acción, esta región Argentina es protagonista indirecta de la historia, una zona de esas del mundo donde Dios perdió uno de sus múltiples mecheros y en la que sopla un viento como el cierzo aragonés. Por lo que se adivina en la cinta es muy plana y seca. A mi me gustan las extensiones planas pero a estas les hacía falta un poco de verde, unas cuantas coníferas, vos sabés.

Aviso, el español que se habla en la Argentina es muy sonoro y musical y en ocasiones no soy capaz de entenderlo en absoluto.

Lo más destacable de la película es que acaba bien. Un final agridulce que nos presenta esa soledad que se conforma con saber que alguien, en alguna parte del mundo, aún se acuerda de uno. Recomendable, pues, sin estridencias y por ponerle un pero, ya que ustedes saben que siempre debe haber un pero, con una métrica quizá demasiado escasa (este párafo es también otro guiño a ese Boyero que llevo adentro).

Lo segundo más importante es que por fin creo haber resuelto la incógnita y creo que pescar, va a ser a lo que me dedique en las vacaciones.