La jugada es maestra, pero vayamos por pasos:
1º-. Rajoy habla con un colega en una reunión europea y "se le escapa" su temor a una huelga general.
2º-. Días después otro "desliz" del ministro de turno que aventuraba una reforma de agárrate y no te menees.
3º-. Una vez abonado el terreno, se anuncia la Ley de Reforma del mercado Laboral.
4º-. La pelota está en el tejado de los sindicatos. A saber:
- El Gobierno hace una reforma que según él va a cabrear a los sindicatos de tal modo que le van a plantear una huelga general.
- Los sindicatos por una vez están de acuerdo con el Gobierno y creen que se la merece.
- Los sindicatos tienen menos popularidad que nunca.
- Los ciudadanos están narcotizados y creen que el único modo de salir de ésta es dándole dinero a los bancos y sufriendo los ciudadanos.
- Los sindicatos se plantean la siguiente dicotomía: si hacen una huelga general tienen muchas papeletas para quedar en ridículo, si no la hacen quedarán como colaboracionistas.
Resumiendo -. El Gobierno, con dos comentarios "off line", se ha cargado la acción de los sindicatos que ahora dicen que no será Rajoy quien les diga cuando hacer la huelga general (pataleta de que no sé por dónde salir).
puede que no haya votado a Rajoy y que ahora no haga huelga...
N. del A. Seguramente todo esto no sea más que un efecto secundario de las muchas horas que pasé viendo La Bola de Cristal, pero no pueden negarme que los hechos y los efectos coinciden...
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