jueves, 22 de septiembre de 2011

Zapatero y su crítica.


Zapatero se va. Ayer fue la última sesión de control al Gobierno y en ella se volvieron a repetir los discursos de siempre: uno, el de un presidente que trata de mantenerse digno entre vaguedades tipo "tengo confianza en España" y otro, el del aluvión de reproches de la oposición.

Entiendo que nuestro Presidente prefiera nadar entre conceptos abstractos que le vienen al pelo para no entrar en la enjundia de los problemas, hablar de que confía en España es como decir que en nosotros está el futuro, un no decir nada para quedar bien, es comprensible, digo, porque hablar de lo serio sería ponerse en el más absoluto de los ridículos.

Comprendo que Rajoy de rienda suelta a su colección de ataques, supongo que es su estrategia, leña al mono, no dar tregua, repetir hasta la saciedad lo malo maloso que es Zapatero y su PSOE para que el personal crea que no hay otra alternativa que esa mala opción que es el PP. Entre todo ésto yo echo en falta una crítica, LA CRITICA, que diría yo, aquella que le hubiese dado la oportunidad de la salida digna.

Considero que lo peor que ha hecho José Luis como Presidente ha sido ir contra sí mismo al cambiar ese discurso que le hizo hecho famoso y querido, ese de las políticas sociales, un giro de 180º que supuso engañar a todos aquellos que habían confiado en él. Prefirió amarrarse al sillón del poder antes que negarse a ir contra sus ideales, eligió el pacto con el diablo antes que dimitir con la cabeza alta; por supuesto se camufló entre deberes inexcusables y amores patrios pero no cuela.

Esta pues es mi crítica y mucho me temo que cuando pase el tiempo y se encuentre en su retiro allá en el chalet de León, el ciudadano Zapatero pensará con amargura que hubiese pasado si en vez de caer en la tentación hubiese elegido un camino más digno.

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