jueves, 19 de abril de 2012

Pensar antes de hablar.


Las cosas van rápido, demasiado rápido para que las podamos digerir. Apenas se acaban de cumplir 100 días de Gobierno del PP y tenemos tragadas o mejor dicho, atragantadas, varias reformas, una huelga general y las elecciones andaluzas y asturianas. Como si esto no fuese suficiente cada mañana nos olvidamos del escándalo del día anterior pues con el café matutino han dejado de ponernos la chocolatina y en vez de eso nos obsequian con la última sinvergonzonada del de turno. Los unos bombardean a los otros con lo primero que se les ocurre y nadie se para a pensar si lo que ha dicho es una tontería o no lo es. Demasiado rápido, digo, para poder pensar con claridad y creo que eso es justamente, lo que en estos tiempos hemos de hacer, pensar.

Echo de menos un análisis que no sea apresurado o producto de las primeras impresiones que se nos vienen a la cabeza. Sube la prima de riesgo y baja el IBEX, ¿cómo es posible tras tanta reforma?, me gustaría que algún político me dijera las razones por las que no se fían de nosotros en Europa y si a los profetas del Apocalipsis les debemos tomar un poco en serio. Pero no, nadie dice nada con la suficiente enjundia, ni Gobierno ni oposición y de pronto salta a la palestra otro tema candente y de oca a oca, tipo por que me toca, soltamos lo que tenemos entre manos y nos enfrascamos de nuevo en los dimes y diretes que no nos llevan a ninguna parte. Así no es posible avanzar, cada paso requiere una reflexión. Creo que el ciudadano está saturado, mal informado y en este caldo de cultivo ha dejado de pensar para simplemente, dejarse llevar. Así no...

El ejemplo más claro de a lo que me refiero es lo que ha ocurrido con el Rey. No entraré a valorar el hecho en sí, si no las consecuencias del mismo. Una vez se conoció el suceso comenzó una avalancha de críticas y opiniones basadas en tres o cuatro estereotipadas ideas que se repetían una y otra vez, nadie se paró a preguntar por qué, o se molestó en ir un poco más allá, puede que no hubiese un más allá pero nadie hizo el esfuerzo de cuestionárselo. Antes de que se supiesen todos los datos de la noticia ya había varios comunicados, peticiones de abdicación y vivas a la República. Se han hecho chistes y composiciones fotográficas que han sepultado a esas otras composiciones que se hicieron sobre el nieto del Rey y que han condenado al olvido al yerno del mismo. El ensayo y la crítica sesuda han sido sustituidos por los vídeos del youtube y los JPEG´s cachondos, estos son los que hoy en día crean opinión, no nos engañemos, es la cruda realidad y así nos va.

Olvidada la Huelga General que según nos dijeron, habría de cambiar la voluntad reformista del Gobierno, la izquierda de este país, se ha volcado a reclamar el regreso de una República con los más disparatados argumentos. No he escuchado ningún razonamiento de peso que defienda el modelo republicano frente al monárquico. Se solicita una revisión del Estado en base a chistes y prejuicios, se apela a los privilegios, a la falta de transparencia, a la falta de sensibilidad que aseguran tiene el monarca, pero no se entra a valorar el modelo, nos perdemos en las hojas del árbol y así nunca llegaremos al tronco.

Yo soy monárquico, tengo mis razones y sin embargo creo que el modelo republicano es bien sencillo de defender, se me ocurren argumentos mucho mejores que los que se han expuesto y difíciles de rebatir. El hecho de que no se utilicen me hace sospechar, no sé si es que falta calidad intelectual o es que nos toman por idiotas.

Recuerdo que lo del Rey es sólo un ejemplo, lo que denuncio está ala orden del día y sucede contínuamente. Echo de menos una reflexión tranquila y bien argumentada, que no se me vaya por las ramas y que diseccione el problema para, finalmente, dar un diagnostico que por lo menos esté mínimamente razonado. No pido que todo el mundo esté de acuerdo, sólo pido que no se hable por hablar y que se sea un poco más responsable.



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