martes, 24 de enero de 2012

Kim Schmitz vs. Al Capone.

El caso del cierre de Megaupload me recuerda un poco a aquello que pasó con Al Capone. La historia de un tipo malo maloso (según lo que cuenta Arcadi Espada) al que al final no saben como meterle mano y lo detienen por cosas de dinerillo, evasión de impuestos o blanqueo de capitales que tanto monta monta tanto.

Para mí lo interesante de este asunto es la confusión creada por el conflicto de intereses, una nube de información y opinión que no deja ver claro el asunto. Supongo que es la típica estrategia de que a río revuelto ganancia de pescadores, ahora sólo hay que saber quiénes son los pescadores y quiénes los pescados.

Está claro que el nuevo capo de internet era bocado apetecible de productoras y demás "entes culturales" pues en su pagina la gente almacenaba películas y contenidos que son productos de consumo y de los que viven muchas personas, los productores, actores y los autores. La gente se dedicaba a compartir y eso de compartir está reñido con consumir, de toda la vida de Dios.

Hay que reconocer la perversidad que se encierra en el término "compartir", por una parte la tradición judeo-cristiana que hemos mamado desde pequeños, nos guste o no, nos impulsa a que sea de todos lo que es nuestro. En el parque, a los niños se les dice que dejen sus juguetes a otros niños, en la escuela hay que prestar la goma de borrar, en el trabajo nos dicen que para no contaminar compartamos el medio de transporte pero, ¡ay! amigo, cuando se trata de compartir películas, o música, o un libro la cosa cambia... y ahí radica el quid de la cuestión, el término se envenena y empieza el baile de demagogias:

¿Es ilegal compartir?. Veamos, es verdad que si compartimos ganan menos los productores, pero claro esos da igual que ganen menos porque son muy ricos, el ejemplo no vale, entonces pongamos en primer plano al autor, ese pobre desnutrido que no llega a fin de mes y que por nuestra culpa (nunca del productor explotador) nunca saldrá de la pobreza extrema, ese sí que vale como ejemplo y por lo tanto compartir es malo pues no ayudamos al autor. Conclusión, compartir ciertas cosas debería ser ilegal y estar penado.

Por otra parte si nos dejamos llevar por el silogismo, deberíamos penar a aquellos que comparten su coche para ir al curro pues la empresa municipal de transportes deja de ganar dinero y las ventas de autos verán mermadas sus ventas, además el Estado deja de ingresar vía impuesto de carburantes, pero el hilo conductor de silogismos no funciona en este caso y nadie se mete con los "compartidores de vehículos" (para desgracia de la General Motors) y debe ser porque en este caso el sujeto que recibe la acción liberadora es una figura mucho menos prosaica que el "autor", en este caso tenemos como protagonista al obrero de automoción que está lleno de grasa en vez de usar gafas de pasta rotas.

Y qué me dicen de las bibliotecas y el préstamo de libros, ahí la cosa tampoco está nada clara y puestos a salvar al "autor" no vendría mal un canon o algo así, pero esta teoría del canon bibliotecario va en contra de la universalización de la cultura y ahí con la Iglesia hemos topado Sancho, entran en juego las conciencias y los Pepitos Grillos y vemos al pobre intelectual debatiéndose entre el duendecillo malo del ganar pasta y el duendecillo progre de la cultura "pa´ tos".

Al final todo se embrolla y uno no sabe a qué atenerse, menos mal que en este río revuelto la recaudación en las salas se ha disparado, y es que es normal, en vez de ir al videoclub (a estos también hay que meterles mano) a alquilar una peli por 2€ para toda la familia lo lógico es ir al cine a gastarte 25€ sin contar las palomitas. Yo no sé si la relación causa efecto, cierre-recaudación, está un poco amañada o traída por los pelos pero algo de tufillo si que parece echar.

Con todo esto quiero decir que una vez mas y no sin asombro nos encontramos en plena marejada de intereses, nada es lo que parece ser y nadie es sincero del todo. La cultura es manoseada, usada y sobada por todos los que dicen defenderla y sólo desean hacer de ella un instrumento de poder o de hacer dinero y al final lo que queda es un gordito malo maloso al que han trincado por blanquear dinero cuando lo que realmente les molestaba eran las pérdidas en el sector "del arte", quedan las iras furibundas de los ciberactivistas que en pos de la "libertad" se dedican a bloquear e inutilizar páginas webs, quedan entradas como esta en blogs, queda la sensación de que todo esto es un lío y que la verdad anda escondida por ahí en algún agujero.  

Nada se va a a conseguir con el cierre de Megaupload, otra cosa vendrá y es que la realidad es que las productoras se empeñan en hacer negocio como hace 50 años y hay que renovarse o morir (aunque sea patético hacerlo aplastado por un gordito con suerte). Los tiempos adelantan que es una barbaridad y nadie puede ponerle cercas al campo.



PD: Acabo de comprobar aterrado que en el buscador de Google sale antes Kim Schmitz que Kim Basinguer... ¡Dios mío!, el apocalipsis va a llegar.

No hay comentarios: