viernes, 1 de febrero de 2013

Más transparencia.

Si de algo ha servido la irrupción de UPyD en la sociedad española es para que en los mentideros políticos, en las Asambleas y en boca de los más reconocidos tertulianos, aparezcan con asiduidad nuevos conceptos como los de devolución de competencias, disolución de diputaciones, reestructuración de la administración y sobre todo uno que se ha puesto ahora muy de moda que es el de la transparencia. Aparecen, pues son reflejo de lo que una sociedad cada vez más cansada, demanda a gritos y si bien están ahí presentes zumbando como moscas las conciencias del personal, son mareados y manoseados hasta que pierden su verdadera esencia y se vuelven una distracción con la que conseguir que todo siga funcionando como hasta ahora.
Ayer mismo el PSOE extremeño anunciaba que iba a publicar las declaraciones de la renta de sus diputados en su página web. El objetivo, según palabras de su portavoz parlamentario, es el de que la ciudadanía se reconcilie con los políticos, con lo que el sujeto beneficiario de la transparencia, a ojos del representante socialista, es el político y no la sociedad. Una vez más y no sin asombro, podemos comprobar cómo la capacidad de desvirtuar conceptos se vuelve arte en manos de los partidos mayoritarios.
La transparencia ha de defenderse como una herramienta para el buen funcionamiento de la sociedad, no como un camino para devolver la dignidad que han perdido, no los políticos, si no los que hacen política desde determinados partidos. La transparencia ha de ser un instrumento para que los ciudadanos recobren el control sobre la cosa pública y puedan juzgar con mayor conocimiento de causa la labor política de sus representantes, ese es el verdadero objetivo que se consigue defendiendo unas instituciones transparentes que enseñan sin temor los resultados de su gestión.
Transparencia no sólo es saber cuánto cobran y cómo han aumentado o no  los patrimonios de aquellos que nos gobiernan, que también, la transparencia es conocer cuánto ingresan, vía nuestros impuestos, los partidos políticos y sindicatos y en qué y cómo se lo gastan. No podemos olvidar que es nuestro dinero no el suyo el que se mueve en sus manos y tenemos derecho a saber dónde va a parar y una vez sabido esto, decidir si nos parece adecuado o no.
Transparencia es facilitar de una manera rápida y al alcance de todos, los presupuestos de ayuntamientos y demás instituciones, los contratos que se realizan en determinadas fundaciones y empresas públicas, que se pueda seguir el proceso de de una obra desde que sale a concurso hasta que se entrega terminada, los sobrecostes, si los ha habido,  quiénes son las subcontratas y  así desde el primero hasta el último de los estamentos de la administración.
Lo que se ha tratado en el Parlamento de Extremadura y que para colmo, no todos están dispuestos a aceptar, no busca el bien del ciudadano si no el de los partidos mayoritarios, que ven como van perdiendo predicamento a pasos acelerados entre la ciudadanía. No hay interés alguno en devolver soberanía y capacidad de decisión al pueblo, se trata de un burdo intento de maquillaje, de cubrir con perfume las podredumbres de unos partidos que sólo pujan por mantener su chiringuito en pié.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sería poco inteligente por parte de los dos grandes partidos mayoritarios no hacer caso de esta demanda de la sociedad, no sólo ponen en juego su superivencia sino la de nuestra débil democracia. ¡¡Bien por UPyD!!, también en Extremadura.