Queda apenas
un mes para que lleguemos a esa fiesta tan anglosajona y cada vez más universal
que llaman “jalogüin” y que en los países latinos hacemos nuestra con la frase
de “truco o trato”. Queda menos de un mes pero parece que los políticos que
gobiernan España se empeñan en que la celebremos todos y cada uno de los meses
del año con la llegada de los datos del paro y con alguna que otra perla por
ahí perdida.
Empecemos con
el TRUCO: En estos últimos días hemos escuchado las más variopintas
interpretaciones de los datos de desempleo que nos trajo septiembre. La más
alucinante es la de aquellos que se empeñan en decir que tras seis meses de bajadas
continuadas en las cifras, una subida de las mismas no hace que la tendencia
varíe. Es increíble, es como decir que después de que nos comamos varios platos
de lentejas, el puchero sigue lleno. Pero éste no es el único de los trucos que
se hacen con los datos de empleo. En el otro bando no son capaces de reconocer
nunca y en ningún caso que los datos que se ofrecen puedan ser positivos y eso
tampoco es posible “ad aeternum”.
La estadística
es lo que tiene, hay que ser muy riguroso para que las conclusiones que a la vista de los datos
se den sean rigurosas y no se contaminen con los intereses de unos y otros. Hay
cientos de trucos para convencernos de que si yo me como un pollo, entre los
dos nos hemos comido medio cada uno y el mayor de los problemas es que tanto
PP, PSOE como IU, y no digamos ya los nacionalistas, no tienen en menor
escrúpulo para usar esos trucos a discreción y de ese modo ocultar la realidad
a los ciudadanos.
Sigamos por el
TRATO: Supongo que si un extranjero lee los párrafos anteriores a buen seguro
pensará que en España los partidos políticos nunca se ponen de acuerdo y
siempre andan a la gresca pero nada más lejos de la realidad, entre ellos
existe un pacto que no está escrito pero que siguen a rajatabla. El ruido que
se empeñan en escenificar apaga los susurros con los que acuerdan que no se han
de eliminar privilegios a los diputados o eliminar aquellas instituciones que
están duplicadas, los gritos de las tribunas escenifican unas desavenencias que
no lo son en absoluto cuando se trata de ponerse de acuerdo a la hora de pactar
con los nacionalistas o acordar la no ilegalización de los testaferros de ETA.
Hay tratos y muchos, y el más sangrante es ese que parece haber y que consigue
que la fiscalía general del estado actúe como abogada defensora de los
políticos como ha ocurrido últimamente con Chaves y Griñán en el caso de los
ERE´s.
Así pues, la
política española se convierte en una mascarada, en una sucesión de trucos y
tratos en el que unos muertos vivientes, muertos porque están completamente
alejados de la realidad de sus conciudadanos, disfrutan de una fiesta en la que
sólo ellos participan. Y esto no puede seguir así.
4 comentarios:
No, no puede seguir así pero me temo que nos espera un jalogüin de miedo, un año más. Muy buen artículo. Saludos.
Trato...qué quieres?
Marcos, mucho me temo que tus predicciones van a ser ciertas, el terror está ahí fuera... un abrazo.
Désirée, a ti :)
Deal, dear!
;D
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