Ha pasado ya, el congreso del PSOE se marchó con el domingo futbolero y nos ha dejado a Don Alfredo al frente del barco y un futuro por descubrir.
Son las 09:07 minutos de la mañana, El País titula:
Valenciano: "Ha ganado un rumbo nuevo; el cambio creíble y con contenido"
El Mundo apostilla:
Rubalcaba: "Hemos empezado a escenificar la unidad y el cambio"
Y yo, a estas horas de lunes, con las neuronas aún por colocar me pregunto: ¿es posible casar un cambio creible con los mismos de siempre?, ¿tiene alguna credibilidad el que dijo una vez haré esto e hizo lo otro?, ¿cómo es posible que exista unidad si cada una de las opciones ha tenido más de un 40% de los votos de los delegados?...
Mucho me temo que en este Congreso lo único que se ha dilucidado es quién será el "number one", todo lo demás son adornos florales. Una vez pasado el combate y los cánticos centenarios, la máquina seguirá su camino imparable e inamobible pues el PSOE ya no es un partido político es un negocio de poder.
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