Buenas a todos:
Uno pretendía pasar sin sobresaltos al menos un mesecito, tomarse la vida con paso tranquilo y calmado, disfrutar de su heredero, del trabajo pausado de agosto y de un chapuzón de vez en cuando pero se ve que no, no hay manera.
Quedaban apenas unas horas para que agosto hiciera añicos a julio, cuando nuestro Presidente del Gobierno convoca elecciones. El 20 N, ahí es nada. He de reconocer que me alegré, si bien no me pilló de sorpresa, sobre todo por el hecho de que apenas unas semanas antes, ZP, había asegurado que iba a agotar la legislatura.
Puse la radio y ávido de información recorrí el dial buscando las primeras impresiones que por supuesto no me impresinaron en absoluto. Como también era presumible el panorama político español había quedado reducido a dos colores, el rojo y el azul, apenas unas gotas nacionalistas se colaban entre las declaraciones, ora de Menganito del PP, ora de Fulanito del PSOE... y decía el locutor: -vayamos a buscar otra opinión- y de nuevo vuelta la burra al trigo, que si ahora Zatanito del PP y después otro del PSOE.
La estrategia pues, está clara, ahogar en el silencio mediático cualquier voz que pueda ensombrecer los discursos vacíos de dos partidos que sólo se preocupan en mantenerse en el poder. Nos hartaremos de escuchar que Rubalcaba tiene un faisán que se llama GAL y que la derecha esconde una enorme tijera con la que le recortará aún más los derechos del pueblo.
Así pues creo que el descanso se ha acabado, hay que ponerse manos a la obra para que la gente se entere de que hay muchos más colores que el azul y el rojo. Y fíjense que ironías nos da la vida, puede que la memoria histórica que tanto han usado para separar a España en dos mitades, una en un final agónico a semejantes personajes.
